La sociedad también pasa por una crisis curativa

Una población, una sociedad, un país, un continente, también pasa por procesos curativos de sanación, conforme al karma social que tengan. Vemos, y veremos cada vez más, cómo ciudades, pueblos, países, etc. pasarán por crisis curativas, igual que lo hacemos a nivel individual, con el consiguiente proceso para corregir los comportamientos, creencias o egrégores, formas de pensamiento colectivos, etc.

Todo está en revisión continuamente, pero la energía que nos acompaña es cada vez más intensa y lo está para todo el mundo.
Carl Jung fue el primero que habló del inconsciente colectivo para hacer referencia a esa “nube” que nos influye de acuerdo a los pensamientos y frecuencias que lanzamos a nuestro entorno.

Como todo es frecuencia, vibración y energía, según resuene en nosotros las frecuencias que estén disponibles cada día, tendrá repercusión en nosotros, conforme a las frecuencias que activen ciertas emociones que a su vez disparan información que tenemos guardadas en nuestra memoria emocional.

Todo esto fue producto de situaciones que vivimos desde que éramos niños, incluso cuando estábamos en el vientre de nuestra madre. Eso se suma luego a ese inconsciente colectivo creando egrégores o formas de pensamiento que influyen a la sociedad, a un colectivo determinado, etc. Eso es lo que se pone de manifiesto cuando una frecuencia está activada.

Cualquier desgracia natural dispara nuestro sistema de creencias y se detonan memorias que nos hacen comportarnos de la manera en que lo hacemos. De ahí que sea tan importante cuidar nuestra frecuencia, gestionar nuestras emociones y deshacernos de las formas de pensamiento que ya no tienen sentido seguir guardando.

La forma de hacerlo es volver a conectar con el corazón, activar el toroide que nos permite estar en coherencia y congruencia, activar y mantener equilibrados nuestros centros de energía, así como estar pendientes de lo que decimos, hacemos, pensamos y sentimos. Todo esto nos da la información que nos lleva a estar en equilibrio y en armonía para conseguir paz interior, que es la que nos lleva a estar alineados.

Todo lo dicho es sólo un discernimiento propio de la realidad que percibo, pero como todos, estoy en el camino descubriéndome. Comparto esto como parte del puzle que estoy armando, que a la vez es parte de un puzle mayor que formamos todos.