Efectos de un baño de sonido

A menudo, la vida que llevamos, por diversas circunstancias, nos crea estrés, cansancio, fatiga, falta de energía, falta de claridad para tomar decisiones, etc. Esto nos provoca frustración, depresión, desgana, falta de alegría, desmotivación o agotamiento.

Sabemos que algo no funciona. Un día nos despertamos con pesadez, como si nos hubiera pasado un camión por encima, y nuestro día se hace interminable. Nos convertimos en una persona reactiva, emitimos juicios de valor constantemente, nuestra mente no para de ir de un lado para otro y entramos en un bucle con el que nada mejora.

Al contrario, nos sentimos peor, incluso quienes meditamos, puede que no consigamos los resultados esperados de la meditación. Hasta es posible que consigamos el efecto contrario, y se nos quiten las ganas de meditar.

El baño de sonido posibilita lograr un estado de calma, porque una marea arrastra de nuestro cuerpo toda esa información que nos incomoda, aportándonos calma, claridad y relajación, imprescindible para no estar en el juicio permanente o la reacción, y ser más conscientes.

El Gong en particular, favorece el estado meditativo, a mantener la conciencia del momento presente durante la práctica, ayudándonos a mantenernos despiertos. Con la observación de los pensamientos y de las percepciones que puedan aparecer sin enjuiciarlos, sin calificarlos, dejándolos ir, nos será de gran ayuda para ser conscientes de lo que nos afecta, para no repetir los mismos patrones.

Podemos así ir cerrando heridas emocionales, patrones mentales que nos anclaban a vivir la misma realidad desde emociones de baja frecuencia como la tristeza, apatía, miedo o malos hábitos que acaban por gobernar nuestra vida.

El principio de la sanación o transformación es la paz interior y la calma. Éstas son una conquista diaria, que se consigue a medida que sanamos las heridas. Llevamos años con un tipo de vida o buscando en muchos lugares aquello que nos dé la clave de nuestro propósito, de nuestra razón de ser, de nuestra existencia, hasta que un día paramos porque sabemos que necesitamos un cambio.

Cuando damos con la llave que nos abre la puerta queremos que ese cambio se produzca al instante, pero esto no funciona así. Es un viaje interior a nuestro centro, a la Cueva Sagrada del corazón. Debemos ir eliminado las capas que hemos creado anteriormente hasta liberarnos de ellas.

Una veces viviremos episodios fáciles de transitar, otros más complicados y otros duros. Por eso algunos lo llaman el viaje del héroe. De cualquier forma, el nivel de dificultad en el juego lo ponemos nosotros con nuestras decisiones y elecciones, sabiendo que la vida nunca nos pone retos que no podamos gestionar.

El poder que tiene el sonido, que llega a niveles profundos, es espectacular. El primer efecto que perciben las personas que se exponen a un baño de sonido es de relajación y mejor calidad del sueño. Esto es fundamental, ya que es la base para tener mayor calidad de vida, pues el cuerpo lo necesita para llevar a cabo sus procesos y regenerarse.

A medida que trabajamos en nosotros, podemos tener más calma, menos ruido, y con ello más consciencia. Pero es importante que nos enfoquemos en nosotros, ya que ahí es cuando el sonido, y el Gong en particular, produce mayores efectos, pero a la vez, nos lleva poco a poco a que así sea.

La consciencia no se puede medir ni calificar, no están unos más arriba y otros más abajo, simplemente, vamos tomando consciencia de parte de nuestro proceso para cambiar lo que nos impide ampliarla, por eso vamos como en una ola, unas veces parece que estamos en la cresta y otras en un valle profundo, pero son los viajes que necesitamos para seguir avanzando y despertar al Ser que somos y que hemos olvidado.

¿Qué tienes que hacer durante la sesión? Tan solo estar tumbado o tumbada en una esterilla o colchoneta y dejarse llevar por la experiencia.