El 14 de febrero se utiliza como símbolo del amor. El mercado lo ha desvirtuado aprovechando la ocasión para que hagamos regalos a nuestras parejas, a nuestros seres queridos. Cuanto más caro el regalo, más escenificamos el amor que sentimos hacia la otra persona.
Muchas veces incluso nos gastamos lo que no tenemos para que entienda cuánto le queremos, para que lo reconozca cuantificándolo, valorándonos por cuanto damos.
Inconscientemente estamos invitando a que nos reconozcan por lo que valemos con los parámetros de una sociedad que ha determinado unos valores que no se ajustan a lo que de verdad representa el amor. Damos ese día todo lo mejor que podemos, para así dejar bien alto el pabellón y que no quede duda alguna, ya que es el día señalado para ello.
Llegamos a sentirnos mal cuando no podemos invertir lo que estimamos que la otra persona se merece, sin embargo el resto del año ¿cómo actuamos?, ¿qué sentimos de verdad?, ¿qué relación tenemos con nosotros mismos?
Numerológicamente, el 14 es una frecuencia de compromiso con nosotros mismos, que al sumar las dos cifras da un 5, que es cambio, evolución, amor universal, tantra. Lo que quiere decir, para completar su significado: compromiso con nuestra evolución, con el amor que somos, para dar eso al mundo.
Vemos cómo nos alejamos por cumplir los parámetros que otros han elaborado con fines comerciales del verdadero significado. Entendemos el amor como algo material al final, aunque tengamos muchos detalles como escribir una poesía. Está muy bien dar a la persona amada, pero eso no tiene porqué dictarlo la sociedad y decidir qué día tenemos que hacerlo, llegando hasta el punto en que nos podamos sentir mal si no podemos cumplir con ese precepto por la causa que sea.
Afortunadamente las cosas van cambiando poco a poco y se va entendiendo más en este sentido, en creer más en el amor por los demás y por la vida, no por cumplir un paradigma que no sabemos quién ni cómo se creó.
Eso es recuperar nuestro poder, nuestro compromiso con la vida y con nuestra evolución que es poner poco a poco las cosas en su verdadero lugar. Amar nuestra parte masculina y femenina, integrarlas, para que el tantra, la kundalini, se prenda y vibrar en amor.
Esto pasa por integrar nuestra sombra, reconocer lo que frena nuestro avance, porque eso representa gran parte de nuestro compromiso con la vida y con nosotros, convertirnos en nuestra mejor versión y ofrecerla al mundo. Ese es el verdadero trabajo que podemos hacer y el mayor gesto de amor que podemos ofrecer.
A partir de ahí, que cada quien viva como quiera su vida, ya sea con una relación de pareja o no, que quiera vivir en comunidad o lo que quiera, pero sin sentirse culpable por no cumplir un rol impuesto por una parte de la sociedad.
Dicho todo esto, que un mar de pétalos de rosas se extienda a tus pies y que miles de bombones endulcen tu alma. Feliz día este y cada día de tu vida.
Todo lo dicho es sólo un discernimiento propio de la realidad que percibo, pero como todos, estoy en el camino descubriéndome. Comparto esto como parte del puzle que estoy armando, que a la vez es parte de un puzle mayor que formamos todos.