Al final se nos olvidó que lo único que vinimos a aprender es qué es el amor, en todas sus vertientes.
Cuando pasa la tormenta de las emociones, se abre el cielo y entra un rayo de luz, podemos vernos reflejados en el espejo y entender que todo era mucho más simple: tan solo Ser.
Sin poner exámenes, sin miedo a la experiencia. Ser honestos consigo mismos.